CORONA DOLOROSA

CORONA DE LOS DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

(Este Rosario de los Dolores está tomado de un antiguo libro de 1865, por el P. Juan Martí, Barcelona, España)

Nota: Esta Corona puede rezarse con un Rosario que tiene siete cuentas y siete Dolores. Sin embargo, si no se tiene, basta el Rosario de siempre y pasar siete cuentas de Avemarías con su respectivo Padrenuestro al inicio y el Gloria Patri al final por cada Dolor.

Por la señal de la Santa Cruz (✞), de nuestros enemigos (✞),  líbranos, Señor, Dios nuestro (✞). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca pronunciará vuestra alabanza .
V. Dios mío, atended benigno a mi favor.
R. Señor, venid a mi socorro con presteza.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen.

OFRECIMIENTO

¡Vengo a Vos, querida Madre mía, con el espíritu sediento de probar vuestros dolores! Vengo a unir mi corazón al Vuestro, deseoso de participar de los afectos que llenan vuestra alma atribulada. No os busco aquí adornada con el esplendor de la majestad con que os enriqueció el Señor, ni ceñida vuestra hermosa frente con la corona inmarcesible del reino celestial. Hoy os contemplo, Señora, bañada en amargo llanto, lacerado vuestro Corazón por las agudas espadas que lo atravesaron en la vida de Jesús, y llamando a mi interior con aquella voz doliente y amorosa de la más Afligida de las madres.

¡Oh, Madre mía! No os abandonaré en la tribulación terrible en que os halláis. ¡Quiero sentir con Vos los dolores de Jesús! ¡Quiero llorar y suspirar con Vos y mezclar tiernamente mis lágrimas con las que Vos derramáis por causa mía! Yo me complaceré, Señora, en la tristeza que anega vuestro espíritu: aprenderé con Vos a resistir a las angustias de mi agitada vida, y en los contratiempos, en las aflicciones, en los pesares que se digne enviarme la Bondad Divina encontraré a vuestro lado y con el solaz de vuestras acerbas penas el consuelo que no sabe dar el mundo con todos su placeres, y la resignación de llorar tranquilamente en la presencia de mi Dios.

Aceptad, Madre, mía, amorosísima, esta voluntad con que me uno a Vos en los Dolores de la Pasión y Muerte de Jesús, y concededme la gracia de saberos agradar, y aprovecharme en la meditación de vuestras amarguras. Alcanzadme, igualmente, que sepa conocer, como es debido, mis pecados: que sienta por ellos el mayor de todos los dolores y que persevere por siempre en la gracia del Señor y en vuestra dulce amistad.

PRIMER DOLOR

Lo tuvo la Virgen Santísima por la Profecía de Simeón


Tristes y de presentimientos dolorosos fueron las palabras que os dirigió el inspirado anciano. ¡Oh! ¡Cuánto había de herir a vuestro sensible espíritu, María, el anuncio de que Jesucristo os sería un motivo de tormento, y que una Espada de dolor atravesaría vuestra alma! Haced, querida Madre, que penetre esta pena mi duro corazón, a fin de que llore mis pecados, que son la causa de todas vuestras aflicciones.

Récense un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

SEGUNDO DOLOR

En la huida A Egipto por temor de Herodes


Tierno y todavía niño el buen Jesús ya se ve perseguido por la saña de un rey inicuo. Vos, Madre mía, tenéis que emprender una precipitada fuga para librarle de las crueles asechanzas. ¿Qué mucho que al considerar al Rey del Cielo fugitivo de las manos de sus enemigos se llene de amargura vuestro espíritu? ¡Oh! ¡No permitáis, querida Madre mía, que, a semejanza de Herodes, con mis culpas os obligue a apartaros de mi compañía!

Récense un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

TERCER DOLOR

Ocasionado por la pérdida de Jesucristo


Tres días anduvisteis, Madre mía, sin tener a vuestro lado a Jesucristo. Como la esposa de los Cantares, embriagada de amor, le buscasteis con aquel afán de una Madre que ha perdido al que nació de sus entrañas. Vos habíais perdido, María, al mismo Dios; y tan amante suya como erais de seros imposible vivir sin la compañía del Eterno Bien. ¡Oh! ¡Cuánto reprende a mi ingratitud vuestro dolor y cuánto dice a mi frío corazón cuando he perdido a Dios por el pecado! ¡Oh, Madre mía! Penetradme con la viveza de vuestro dolor por las pérdidas que he tenido de Jesús.

Récense un Padrenuestro, siete Avemarías y un Gloria Patri.

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A MARÍA SANTÍSIMA PARA OBTENER SU SANTA BENDICIÓN Y LA GRACIA DE HUIR AL PECADO

Oración a María Santísima para obtener su santa bendición y la gracia de huir al pecado

Bendecidme, ¡oh, Hija del Eterno Padre!, y no permitáis que ofenda a mi Dios con pensamientos. Ave María, gratia plena…

Bendecidme, ¡oh, Madre del Eterno Hijo, y no permitáis que ofenda a mi Dios con palabras. Ave María, gratia plena…

Bendecidme, ¡oh, Esposa del Espíritu Santo!, y no permitáis que ofenda a mi Dios con obras y omisiones; antes bien, haced que yo le ame siempre de todo corazón. Ave María, gratia plena…

Se termina con un Gloria Patri.

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TRIDUO A NUESTRA SEÑORA DEL PRONTO SOCORRO

Triduo antiguo a Nuestra Señora del Pronto Socorro, cuya milagrosa imagen se venera en su templo de Popotla (México)


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh, María, Madre del Pronto Socorro! Aquí nos tenéis postrados delante de Vos y de vuestro Divino Hijo. Venimos a tributaros nuestros humildes obsequios, a adoraros con nuestro corazón. Dignaos, Señora, iluminar nuestra mente, purificar nuestra alma y encender nuestra voluntad, para que podamos ofreceros dignamente este homenaje de nuestro amor a mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de nuestras almas. Amén.


DÍA PRIMERO

Reflexión: María, Madre de la gracia.

Alma cristiana, si deseas el perdón de tus culpas o la participación de otras gracias, ¿qué medianera más poderosa puedes emplear para con Dios que aquella mujer sublime que por la fiel correspondencia a sus gracias mereció que un Ángel la saludara diciendo «llena de gracia»? Busquemos la gracia (dice el Doctor melífluo) y busquémosla por María, porque es la voluntad de Aquel que ha querido disponer que todo lo alcancemos por su mediación. Amén.

Se pide el favor que se desea conseguir.

Récense tres Avemarías y la jaculatoria: ¡Madre del Pronto Socorro, socórreme prontamente!


ORACIÓN FINAL

¡Oh, Santísima Virgen del Pronto Socorro, que para inspirarnos confianza en Vos, quisisteis tomar el dulcísimo nombre de Madre del Pronto Socorro! Os suplicamos nos socorráis en nuestras tribulaciones y caídas, dificultades y peligros, y sobre todo ene l trance de la muerte. Alcanzadnos la gracia de acudir a Vos con la confianza de hijos, a fin de que obtengamos vuestro Pronto Socorro en la gracia que os pedimos y la perseverancia final.

DÍA SEGUNDO

Reflexión: María, Madre de Dios

María, como Madre de Dios (dice Santo Tomás de Aquino), fue elevada a una dignidad infinita por la íntima relación que ha contraído con el Bien infinito, que es Dios. Alma mía, ten siempre en tu memoria que si la Virgen fue elegida para Madre del Señor fue por su humildad: imítala en la práctica de esa virtud, para que seas elevada hasta el Cielo y puedas reinar con Ella eternamente. Amén.

Se pide el favor que se desea conseguir.

Récense tres Avemarías y la jaculatoria: ¡Madre del Pronto Socorro, socórreme prontamente!


ORACIÓN FINAL

¡Oh, Santísima Virgen del Pronto Socorro, que para inspirarnos confianza en Vos, quisisteis tomar el dulcísimo nombre de Madre del Pronto Socorro! Os suplicamos nos socorráis en nuestras tribulaciones y caídas, dificultades y peligros, y sobre todo ene l trance de la muerte. Alcanzadnos la gracia de acudir a Vos con la confianza de hijos, a fin de que obtengamos vuestro Pronto Socorro en la gracia que os pedimos y la perseverancia final.

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TRIDUO A SANTA RITA DE CASIA POR LOS ENFERMOS

Esta Novena fue publicada el 26 de abril de 1930, con el Puede Imprimirse del ya fallecido Vicario General Andrés Restrepo. Se recomienda hacer la Novena durante tres días seguidos: cada día tiene su oración propia. Las gracias obtenidas por enfermos gracias a Dios, a María Santísima y a Santa Rita son innumerables.

DÍA I

¡Oh, Santa Rita! Por vuestras sublimes virtudes y, en particular, por la caridad con que asidua, paciente y amorosa asististeis a los enfermos, os suplicamos por la persona enferma, que, después de Dios, pone en Vos toda su confianza. Pueda, con vuestra valiosa intercesión, obtener la salud de cuerpo y una perfecta conformidad con el divino beneplácito. Sí, interponed todo vuestro valimiento, oh, Santa mía, para que nuestro enfermo sea consolado a mayor gloria de Dios y honra vuestra.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.

Después rezar la siguiente oración:

Salve, Rita, flor de amor,
De Jesús doliente esposa,
De tu espina de dolor
Nació tu fragante rosa.

ORACIÓN FINAL

Omnipotente y eterno Dios y salvación eterna de los creyentes, óyenos en beneficio de vuestro siervo enfermo, para el cual imploramos la ayuda de vuestra misericordia, a fin de que, recuperada la salud, pueda daros gracias en vuestra Iglesia. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

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ORACIONES PARA DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Estas oraciones para después de recibir la Sagrada Comunión1 fueron tomadas del Misal Diario y Vesperal, que data del año 1949, cuyo autor es Gaspar Lefebvre. Por lo tanto, son antiguas y confiables:


ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
(Indulgencia de 3 años cada vez. Indulgencia plenaria por la recitación diaria durante un mes, confesándose, visitando una iglesia u oratorio público y rogando por las intenciones de la Iglesia Católica)

Gracias te doy, Señor Dios, Padre Todopoderoso, por todos los beneficios y señaladamente porque has querido admitirme a la participación del Sacratísimo Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo. Suplícote, Padre clementísimo, que esta Sagrada Comunión no sea para mi alma lazo ni ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi Fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos y aumento de caridad, paciencia, y verdadera humildad y de todas las virtudes; sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión Contigo sólo, mi verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa muerte. Y te ruego que tengas por bien llevarme a mí, pecador, a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus Santos luz verdadera, satisfacción cumplida y gozo perdurable, dicha completa y felicidad perfecta. Amén.


ANIMA CHRISTI
(300 días cada vez. 7 años después de comulgar. Indulgencia plenaria en las condiciones ordinarias, por la recitación diaria durante un mes)

Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.

Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me.
O, bone Jesu, exáudi me.

Intra tua vúlnera, abscónde me.
Ne permíttas me separári a Te.
Ab hoste malígno, defénde me.

In hora mortis, meae voca me.
Et jube me veníre a Te.
Ut cum Sanctis tuis laudem Te.

In sæcula, sæculórum. Amen.

Alma de Cristo, santíficame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh, buen Jesús, escúchame.

Dentro de tus Llagas, escóndeme.
No permitas que me separe de Ti
Del enemigo malo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus Santos Te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

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SANTA GEMA Y EL SUFRIMIENTO EN EL TRANSCURSO DE SU VIDA

Tomado del libro Autobiografía y Libro de los Éxtasis, de Santa Gema Galgani (1947). Publicado por los Padres Pasionistas

Santa Gema, enferma, a los 24 años

JESÚS LE DA A CONOCER A SANTA GEMA CUÁNTO DEBERÁ SUFRIR DURANTE TODA SU VIDA

Después de la Hora Santa[1], Jesús me dio a conocer todo cuanto tendría que sufrir en el transcurso de mi vida. Me dijo [Jesús] que pronto pondría a prueba mi virtud, para ver si le amo y si el ofrecimiento de mi corazón ha sido verdadero. Me ha dicho que lo conocerá cuando mi corazón me parezca una piedra… Cuando esté tentada, afligida y llena de aridez… Cuando todos mis sentidos se rebelen, y parezcan bestias hambrientas:

«Te verás inclinada constantemente al mal. Los placeres de la tierra ocuparán tu mente; la memoria te recordará lo que no querrías. Tendrás siempre delante todo lo que es contrario a Dios. Lo que es de Dios no lo sentirás. Dejaré a tu corazón sin ningún consuelo, ni siquiera de tus superiores; todos te mortificarán, y te hallarás en continua confusión.

Lo que más pena te dará será que el cielo se hará de bronce. Jesús se te mostrará siempre severo. Irás a hacer oración y parecerá más bien que te arroja y se aleja de ti. Tratarás de recogerte y te distraerás. Llamarás a María Santísima y a los Santos, pero nadie tendrá piedad de ti. Te creerás por completo abandonada. Cuando vayas a recibir a Jesús o a confesarte, no sentirás nada y todo te causará tedio.

Practicarás tus devociones, pero todo como por necesidad, sin recogimiento, y pareciéndote que pierdes el tiempo. A pesar de todo, creerás, pero como si no creyeses. Esperarás, pero como si no esperaras. Amarás a Jesús, pero como si no le amaras, porque en ese tiempo jamás se te hará sentir. Para colmo, la vida misma te causará fastidio. Tendrás miedo a la muerte y te faltará hasta el desahogo de derramar lágrimas».

Al terminar la Hora Santa, Jesús me dijo que quiere tratarme de la misma manera que le trató a Él su Padre Celestial.

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EL CORDÓN DE SAN JOSÉ, LIRIO DE PUREZA

EL CORDÓN O CÍNGULO DE SAN JOSÉ, LIRIO DE PUREZA

«Bienaventurados los puros de corazón». ¿Quién puede distinguir la belleza de un corazón puro? Un cristal perfectamente claro, un oro intachable y refinado, un diamante sin mota, una fuente esplendorosa no pueden compararse con la belleza y limpieza de un corazón puro. Hay que eliminar del corazón toda suciedad, especialmente, la que proviene de los placeres de los sentidos, pues una gota de estos perturba esta hermosa fuente de pureza. ¡Qué hermosa, qué radiante, es la fuente incorruptible de un corazón puro! Dios se complace en verse en ella como en un hermoso espejo.

La pureza de Dios está unida a nuestra pureza, que Él mismo ha puesto en nosotros. Nuestros ojos purificados la verán brillar y brillar con una luz eterna. «Bienaventurados, pues, los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». Amemos la castidad más que todas las demás virtudes, porque hace puro al corazón.

He aquí, a propósito, algunos hermosos pensamientos de un Santo Sacerdote francés sobre la excelencia de esta virtud:

 «Lo más hermoso del mundo es tener un alma pura, dijo el venerable Cura de Ars, y si lo entendieras, no podrías perder tu pureza».

«Como una hermosa paloma blanca que sale de las aguas y agita sus alas sobre la tierra, el Espíritu Santo sale del océano infinito de las perfecciones divinas y agita sus alas sobre las almas puras para destilar en ellas el bálsamo del amor».

«Cuando uno ha conservado su inocencia, se siente llevado hacia arriba por el amor, como un pájaro es llevado por sus alas».

«Un alma pura es como una hermosa perla: mientras está escondida en una concha en el fondo del mar nadie piensa en admirarla; pero si la muestras al sol, brilla y atrae la atención. Así es que el alma pura, oculta a los ojos del mundo, brillará un día ante los Ángeles en el Sol de la eternidad.

«¡Qué alegría para el Santo Ángel de la Guarda tener bajo su cuidado a un alma pura! Todo el cielo la mira con amor».

«Las almas puras formarán un círculo alrededor de Nuestro Señor. Cuanto más puro haya sido uno en la tierra, más cerca estará de Él en el Cielo».

Pero, por desgracia, por muy hermosa que sea la pureza, también es frágil. Es como un espejo bien pulido que el más ligero aliento empaña. Es un lirio blanco y brillante que el menor roce desvanece. Es una lámpara encendida que el menor viento puede apagar. Y es un tesoro precioso que llevamos en una vasija de barro, que el mínimo descuido o el menor golpe pueden destruir para siempre.

El más mínimo golpe puede destruirla para siempre…

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NOVENA EFICAZ DE LAS TRES AVEMARÍAS


NUESTRA SEÑORA DE LAS TRES AVEMARÍAS

Presentamos esta bellísima Novena muy antigua. Su publicación oscila entre 1900-1933, de acuerdo con el deterioro y color de humedad que presenta:

La Santísima Virgen María concede muchos favores a los que practican este Ejercicio de Piedad, sobre todo, si se le promete rezar todos los días, mañana y tarde, las Tres Avemarías. Para conseguir un favor urgentísimo, háganse tres Novenas seguidas.

1. Por la señal de la Santa Cruz (), de nuestros enemigos (✞),  líbranos, Señor, Dios nuestro (✞). En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Yo, pecador, me confieso a Dios Todopoderoso, a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa (golpearse tres veces el pecho).

Por tanto, ruego a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que roguéis por mí a Dios Nuestro Señor.    

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UN CATÓLICO VERDADERO NO CELEBRA NI PARTICIPA EN HALLOWEEN

¿POR QUÉ EL HALLOWEEN OFENDE A DIOS?

El 31 de octubre o Halloween es el día más importante para los brujos y los satanistas. Este tipo de personas existen y aún más en estos tiempos. De hecho, hay varios países en donde la iglesia satánica está registrada: tal es el caso de Estados Unidos que, en la década de los sesenta, ¡tuvo el descaro de aprobar el primer registro de una iglesia satánica! Si esto no fuera suficiente, también existen asociaciones nacionales e internacionales de brujas y brujos, así como congresos de los mismos. La más reconocida, con varias divisiones y variantes, es la secta pagana llamada wicca; sus congresos y festividades no son un secreto.

Dos de sus grandes eventos se festejan el último día del mes de octubre (31); actualmente, se han fusionado en una sola tradición: Halloween. Estos festejos son el sabbat y el festival de samhain.

ORÍGENES PAGANOS Y DEMONIACOS DEL HALLOWEEN

El festival de samhain era celebrado cada 31 de octubre por los celtas, antiguos habitantes del ahora Reino Unido (Inglaterra). Samhain era su «dios y señor de la muerte», y lo honraban ese día ofreciéndole sacrificios de sus cosechas, animales y seres humanos. Los druidas, sacerdotes de los celtas, solicitaban a algunos pobladores que ofrecieran a un bebé o a una virgen para sacrificarla esa noche del 31 de octubre, en la que el «señor de la muerte» los visitaría junto con sus demonios. Las personas que se negaban a entregar a la víctima eran marcadas en la puerta de su casa, para que esa noche «los demonios los destruyeran»; quienes cooperaban eran «protegidos» de los espíritus mediante una verdura o legumbre (generalmente, un nabo), y dentro de ella se ponía una vela (¿no le suena parecido a la calabaza iluminada?).

Durante la ceremonia, los druidas se disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados para «sacar» del pueblo a los demonios que los visitaban¡de aquí viene que en la actualidad se disfracen para pedir dulces!—, y así podían, supuestamente, regresar a la «normalidad» al día siguiente. Después, los druidas hacían un rito para conocer el futuro de los siguientes doce meses con las cenizas y restos de dichos sacrificios.

Por otra parte, el sabbat es lo que conocemos como «fiesta de brujas» o «aquelarre». En esa fiesta, las brujas y brujos se reunían —y aun hoy en día lo hacen— para ofrecer sacrificios a Satanás («señor de la muerte») mediante ritos, actos de impureza y muerte (sacrificios de cualquier persona). Existen varias fechas especiales para celebrar el sabbath a lo largo del año, pero la principal es el 31 de octubre.


PERO ALGUNAS PERSONAS OPINAN QUE «EL HALLOWEEN ACTUAL NO TIENE NADA QUE VER CON ESO»

Las personas conocidas como ocultistas, brujos y satanistas sí lo celebran. Sabemos que los niños participan inocentemente, pero ¿le parece correcto que una familia que se dice católica celebre una costumbre satánica? ¿Aceptaría que alguno de su familia se disfrazara para ofender a Dios? ¿Estaría de acuerdo con que algún familiar visitara un lugar en donde se burla y se blasfema contra Dios? ¡Entonces NO meta a su casa fiestas del enemigo de Dios, fiestas de Lucifer!

Y ahora que sabe que Halloween una festividad contra Dios, que lo ofende de gran manera, ¿le parece conveniente que sus niños se disfracen como una bruja y crean que es algo «bonito» e «infantil»? ¿Mandaría a sus hijos a una celebración de una falsa religión de druidas, brujería o satanismo? Luego, por amor a Dios, NO los deje festejar una costumbre de una religión ocultista y contraria al Catolicismo; contraria al Único y Verdadero Dios: la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Si sus niños quieren disfrazarse, escoja otras fechas para esto, pero con tal de festejar cosas buenas y santas : ¡que no ofendan a Dios, por favor! Además de no disfrazar a los pequeños ni disfrazarse usted o cualquier otro de su familia, NO lo haga una semana antes o una después del 31 de octubre: es puro sentido común. Lo malo NO se festeja jamás.

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LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

PEQUEÑA HISTORIA DE LAS LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Corazón de Jesús (casi final)

EXTRACTO DE LA VIDA DE SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE

Empezaba ya el último día de la Sierva de Dios Santa Margarita María Alacoque y nadie se persuadía de su próxima muerte por el dictamen del médico, a quien dijo la enferma suavemente: «Ya lo veréis». La Madre Superiora avisó a su familia de su estado y también a la enferma, quien contestó que no la verían; además,  añadió: «Muramos y sacrifiquémoslo todo a Dios». Entretanto, comenzó a debilitarse sensiblemente y a crecer en su alma los ardores amantes por el Cielo, y repetía: «Misericordias Domini in aeternum cantabo». Otras veces decía: «¿¡Qué deseo yo en el cielo ni en la tierra fuera de Vos solo, oh, Dios mío!?».

Le sobrevino una opresión que la impedía estar echada. Las enfermeras la sentaron y la mantenían así para que pudiera respirar y desahogar el pecho del fuego interior: «Yo me abraso», decía. «¡Ay de mí! Si esto fuera de amor de Dios, ¡qué consuelo!, pues jamás he sabido amar a mi Dios perfectamente». Y volviéndose a las enfermeras, les dijo con humildad: «Pedid al Señor por mí y amadle con todo vuestro corazón, para reparar todos los instantes en que yo no le he amado. ¡Ah! ¡Qué dicha es amar a Dios! Amad, pues, este Amor, pero hacedlo perfectamente». Decía estas palabras con tal ardor y éxtasis que descubría el fuego que la consumía.

La Superiora mandó llamar al médico a las cinco de la tarde; mas aliviándose algún tanto la enferma, insistió este en que casi no tenía alteración alguna en el pulso. Pero esta [la Santa] instaba por el Viático. El médico fue de parecer que se dilatase hasta el día siguiente, en el que ya no existiría Margarita… «Dichosamente me previne cuando dije que no me habían de creer; mas Dios me ha hecho la gracia la última vez que he comulgado de que le recibiese por Viático», concluyó la Santa.

Como estaba muy serena, solo quedó acompañándola una enfermera, con la que se ocupó en hablar de los excesos del Amor Divino, y le dio algunos consejos para su perfección, preguntándole si juzgaba que se moría. La enfermera le contestó que, según el médico, no moriría de esta enfermedad, pero que ella creía que duraría solo hasta el día siguiente. «¡Ah, Señor! —exclamó la Sierva de Dios— ¿Cuándo me sacaréis de este destierro?», añadiendo el primer verso del Laetatus. «Sí, yo espero que por el amor del Sagrado Corazón de Jesucristo que esto será muy pronto». Y encargó a la hermana que la asistía que llamase a la Madre Superiora cuando estuviese en agonía y que le rezasen las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús, y las de la Virgen, invocando en su favor la protección de su Santo Ángel Custodio, de San José y de su Santo Fundador.

Apenas concluyó estas palabras, cuando una convulsión anunció que entraba en agonía. La enfermera quiso llamar a la Superiora, mas otra religiosa creyó que esto sería solo un desmayo. Entonces la enferma dijo: «Dejadla ir, que ya es tiempo». Habiendo venido esta, dio orden para que viniera el médico. Margarita lo impidió diciendo: «Ya no tengo, Madre mía, necesidad sino de Dios sólo y abismarme en el Corazón de Jesucristo»Las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús son las siguientes:Leer más »